martes, 4 de junio de 2019
Rottweiler
Diego Armando era un hermoso y musculoso perro de la raza Rottweiler (con poderosas mandíbulas), criado desde cachorro en una casa de clase media de Buenos Aires (del barrio de Boca, para más precisión).
Un día inesperado, el ya no tan cachorro can (a sus 10 años de edad), desconoció a su amo y lo atacó de manera un tanto agresiva una tardenoche, cuando éste llegaba cansado de trabajar.
De alguna manera lo lesionó e hizo sangrar, pero el consciente amo, sabiendo que su perro era ya adulto casi senil, prefirió –antes que mandarlo a la perrera- llevarlo con un psicólogo canino que se anunciaba en la prensa local.
El doctor veterinario revisó al perro y dictaminó que tenía una versión canina del terrible Alz Heimer. La vejez había finalmente dañado las neuronas del noble can Diego Armando.
La receta del veterinario fue añadir a sus croquetas caninas, cierta dosis de Ginko Bilova, para activar la circulación sanguínea en el cerebro del animal.
Algo funcionó la receta, pero Diego Armando, en sus sueños, nunca supo si era un Rottweiler enfermo de Alz Heimer, o si era un Alz Heimer enfermo de Rottweilwer.
Después de todo era un perro anciano, enfermo y monolingüe, de clase media, del barrio de Boca en Buenos Aires.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario