domingo, 9 de octubre de 2011

Desastre ecológico


El exitosísimo escritor de libros de ecología, finalmente logró -con la venta de millones de sus libros- deforestar el planeta.

Los problemas


Los Problemas decidieron aparecer cuando todo iba bien.

Como sea, nada pude reprocharles, pues ésa ha sido siempre su naturaleza.

La nueva semana


El sabio y bien intencionado Fin de Semana, tendió un manto de sosiego sobre la atosigada humanidad, en medio de aquellos pavorosos, riesgosos e inevitables rápidos de la Vida.

El Lunes, paciente de nacimiento –además de sublime perverso-, afiló con toda calma sus rencorosas garras para arruinar en su momento aquel apacible remanso. Midió sus tiempos y arremetió contra todo y contra todos.

Una nueva Semana había venido al mundo.

Tu neurona


En un lugar especial de mi cerebro, hay una neurona dedicada exclusivamente a ti.

Ella fue la que me hizo voltear a verte cuando apareciste en mi vida aquella maravillosa tarde en el parque.

Ella fue la que guardó para siempre la imagen de tu hermosa cara, la de tu adorable silueta.

En ella se guardaron los miles de gratos recuerdos de tu presencia, de tus aromas, de tus sonrisas, de tu alegría al estar conmigo.

Pero últimamente tuve que consolarla, pues lo que ahora ella conserva de ti son malos recuerdos de tus reproches, de tus celos, de tu amargura, de mil cosas que no deberían ser.

Te hago saber, por lo tanto, que en este momento apago para siempre tu neurona.

El mejor de los atardeceres


No había mucho de diferente: el mismo sol, la misma atmósfera, el mismo paisaje, los mismos aromas, el mismo clima, las mismas aves con su mismo canto…

Lo único diferente, era que, por inexplicables cosas del Destino, estabas tú.