La noche estaba triste esa noche.
Pidió a su amiga luna que no asomara, que la dejase sola por esa única ocasión, para que su claridad no perturbase su profunda nostalgia.
Pidió al viento que no moviera las ramas, para que las hojas de los árboles callasen.
Pidió al arroyo estancarse, y al búho que cerrase sus ojos.
Cuán grande sería su pena, que pidió a las nubes que llorasen por ella.
La noche estaba triste esa noche.
miércoles, 27 de marzo de 2019
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