Su misión existencial nunca coincidió con su
biografía, sino todo lo contrario. Su nombre (José Pérez García) tampoco lo
ayudaba, pero era un hombre de mucho tesón, duro de abatir.
Por más que se esforzó en la escuela por estudiar
letras (para amarlas y dignificarlas), la irónica vida lo llevó a ser un
burócrata que manejaba números.
Quiso ser un gran literato, y acabo siendo un
revisor de declaraciones de impuestos, quien verificaba que no hubiesen errores
aritméticos en las sumas y restas de ingresos, egresos y deducciones de los
causantes.
Sin embargo, su vocación por darle vida a las
letras y a los textos seguía presente con una frustración del peso del plomo.
Un día decidió rebelarse a su destino y asumió una nueva responsabilidad
ante el mundo. Decidió decorar cuanto texto (o receta o especificación o
procedimiento) se le atravesase en su camino.
Empezó practicando mientras se desayunaba.
Tomó el envase del jugo de naranja, lo leyó, y rehizo literalmente lo que
aparecía como referente:
“Elaborado por JUGOMAX S.A. Km. 12.5 Antigua carretera León-Madrid, Provincia de León. Código postal
24008. España. INGREDIENTES: JUGO DE NARANJA CONCENTRADO Y REHIDRATADO.
DISTRIBUIDO POR DISTRIBUIDORA JUGOMAX. Tel. 3456 7895. HECHO EN ESPAÑA.”
Tomó bolígrafo y papel, y escribió:
“Este delicioso néctar de fruta, orgullosamente
español, ha sido elaborado en una empresa llena de alegría y optimismo llamada
JUGOMAX, en donde los felices empleados, radicados todos ellos en León , viajan
sonrientes diariamente más de 12.5 kilómetros desde su hogar a su lugar de
trabajo (código postal 24008), conscientes de la importancia de brindarle a
Usted un excelente jugo de naranja concentrado y rehidratado, para entregarlo,
por medio de la DISTRIBUIDORA
JUGOMAX , casi al día siguiente y totalmente fresco en la mesa
en que Usted se desayuna. Nos encantaría que nos llamase al teléfono 3456 7895.
Los españoles nos sentimos muy contentos de ser los productores de esta
delicia.”
Envió inmediatamente el texto (con una
sugerencia al respecto) a:
JUGOMAX
S.A. Km. 12.5 Antigua carretera
León-Madrid, Provincia de León. Código postal 24008. España.
pero jamás recibió respuesta.
Pero eso no lo derrotó. José Pérez García llevaba
muchos años masticando su frustración, así que lo tomó con calma.
Tomó el metro para ir al trabajo, y se
encontró con un anuncio que decía:
“Aprende Inglés, la lengua del futuro.
Academia Internacional.
Calle de los Arcos 37, cerca de ti.
Tel. 4387 6549”
Tomó bolígrafo y papel, y escribió:
“Todos nosotros necesitamos hablar inglés, la
maravillosa lengua de Shakespeare que hoy se habla en todos los congresos y
convenciones por todo el planeta. No es sólo la lengua del futuro. Es la lengua
de hoy y de siempre. La amenísima Academia Internacional se encargará de
abrirte la puerta al fascinante mundo del éxito que te espera en la agradable Calle
de los Arcos 37, cerca de ti y de tu realización. Una llamada al teléfono 4387 6549 es todo el impulso que necesitas.”
Envió inmediatamente el texto (con una
sugerencia al respecto) a:
Academia Internacional
Calle de los Arcos 37
Ciudad
pero jamás recibió respuesta.
Al día siguiente fue al banco a hacer un
depósito, y leyó un anuncio que decía:
“Adquiera su casa inmediatamente. Nosotros le
prestamos el dinero. Informes aquí mismo. Banco de Madrid.”
Después de meditarlo un rato, mientras estaba
en la línea esperando su turno, tomó bolígrafo y papel, y redactó:
“¿Qué puede haber más importante en la vida
que tener nuestra propia casa, un patrimonio que disfrutará toda la familia
durante muchos años? Tus amigos del Banco de Madrid estamos dispuestos a
facilitarte los recursos económicos necesarios para que tu sueño se cumpla
cuanto antes. Pregunta aquí mismo: recibirás una sonrisa y el crédito que te
hace falta.”
Ahí mismo, en un buzón de sugerencias, dejó su
mensaje. Jamás recibió respuesta.
Así, nuestro decorador de textos, lejos de
desanimarse, vivió muchos años promoviendo los textos alegres, optimistas,
positivos y bien escritos sin jamás recibir una respuesta, hasta que un día,
una enfermedad fulminante lo llevó a la tumba.
El seguro de defunción que le otorgaba la Oficina de Recaudación de
Impuestos, incluía el féretro, el entierro, la tumba y la losa con el epitafio.
Un par de
días después de ser enterrado, un albañil enviado por aquella patética oficina fiscal,
colocaba en su tumba una losa irónica que decía:
José Pérez García
1967-2007
Pocos días después, una extraña mujer
sonriente vestida de negro, ordenaba a otro albañil el cambio de losa. La nueva
piedra decía:
José Antonio Pérez
de las Heras y García de la
Brena
“Nació en 1967 con la divina misión de decorar
los textos y alegrar las letras de los hombres. Hizo optimistamente todo lo que
pudo en un mundo literariamente estéril, hasta que Dios lo llamó a su lado en el
año 2007, para que contagiase de su alegría a los ángeles, y para que
reescribiese completamente los Libros Sagrados, que buena falta les hacía desde
hacía varios siglos.”
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