martes, 3 de abril de 2012

La competencia


Mujer: acabo de ver tus resultados de análisis de orina, la cual presenta un aspecto turbio y de color anaranjado. Debe ser por el exceso de licor barato que consumes cuando juegas cartas con tus amigas viciosas y socialmente desahuciadas.

Y además estás llena de células pavimentosas, producto de tu obesidad y de tus pocas ganas de hacer ejercicio.

Esposo: revisando tu análisis de sangre me queda claro que tu colesterol está a niveles exagerados, obviamente por tu barriga llena de grasa, porque no eres capaz de dejar de comer chorizos y quesos mientras ves el futbol. Cuando te retuerzas de un infarto, vas a arrepentirte de no haber consumido verduras, como siempre te he recomendado.

Mujer: no sé si tu análisis de sangre es para reírse o para preocuparse. Tu nivel de calcio está por los suelos. En cualquier momento te desmoronarás, y tendré que recogerte con pala y llevarte al hospital en carretilla. Estás hecha una anciana.

Ingrato marido: por más que he tratado de fomentar en ti la buena nutrición, tus análisis de sangre presentan triglicéridos a un nivel preocupante. Me moriré de la risa cuando venga al caso (que sé de sobra que va a ser pronto). Y viendo tu exagerado antígeno prostático, te pediría que actualizases a la brevedad tu testamento. Dudo que sobrevivas seis meses.

Despreciable esposa: tu bajo nivel de urubilinógeno deja en claro que tu obsesión por quitarte las arrugas con el Botox está acabando contigo. Y la mala noticia es que ni siquiera acabas por gustarme.

Imbécil marido: tu alto nivel de bilirrubina se debe a tu alcoholismo desenfrenado que daña tu hígado y hace que tu aliento apeste. Ya no me atraes sexualmente.

Despreciable esposa: ¿cómo es posible que tu nivel de glucosa rebase los 150 mg/DL? Tu adicción por los pasteles es asquerosa. No sé en qué momento decidí casarme contigo.

Esposo: ¿habremos escogido el laboratorio apropiado? A pesar de esos espantosos resultados, todavía siento algo por ti.

Cariño: A pesar de que tienes el nivel eritrocitos por encima de los niveles de referencia, tu cintura me sigue motivando.

Maridín: No me importa que tus linfocitos estén fuera de control, mientras duermas a mi lado acurrucado. El estúpido analista del laboratorio no va a lograr separarnos. Te amo.

Esposuca: tus altos niveles de neutrófilos me excitan. ¿Nunca te lo había confesado?

Querido esposo: reconozco que tu alto nivel de eritrocitos dismórficos nunca hará que te deje de querer.

1 comentario:

Analogías dijo...

Jajaja, lo que ha unido el hombre que no lo separe el analista...