
Aquella ironía resultó ser tan fina, sutil y afilada, que pudo esconderse perfectamente detrás de algunas letras, al extremo de que sólo unos pocos lectores privilegiados fueron capaces de percibirla.
Una pequeña dosis de mí…así…pequeñita…para evitar que me intoxique con todas mis estupideces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario