viernes, 13 de noviembre de 2009
Shira y la motocicleta de los periódicos
Todas las mañanas, antes de la salida del sol, salgo a pasear por las calles cercanas a casa a mi hermosa y grandulona perra Shira.
Ambos disfrutamos del clima fresco, de la caminata, de la tranquilidad de las calles, de los aromas del parque, justo hasta que aparece la motocicleta del repartidor de periódicos haciendo su tradicional ruido, mientras entrega los diarios casa tras casa, edificio tras edificio.
Shira lo odia, a pesar de las veces que le he dicho que es un ser humano como tantos otros que tiene que ganarse la vida madrugando y repartiendo periódicos. Le ladra hasta el cansancio, y si le soltase la correa, iría tras él para despedazarlo.
Shira es una perra tranquila. Jamás agrede a la gente, pero en este caso particular ve las cosas de diferente manera: entiende bien lo que son los diarios, y también sabe que en esos trozos de papel viajan unas hadas extrañas que los humanos conocemos como Noticias.
Y aunque Shira sabe que las Noticias que contienen los periódicos a veces son buenas, su experiencia le dice que por lo general son malas, que disgustan y entristecen a la gente.
Es por eso que ella no se hace cómplice del repartidor de periódicos, quien a su entender hace todo lo que puede para que las malas Noticias lleguen a nuestros hogares.
Shira quiere a la gente, pero la quiere de buen humor siempre, y ella sabe de sobra que este estado de ánimo desaparece muchas veces después de que los humanos leemos los periódicos.
Por eso, cada mañana, cuando aparece la ruidosa motocicleta del repartidor de periódicos repletos de malas Noticias, permito que Shira desahogue sus temores mientras ladra disgustada en las aceras de mi barrio.
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