miércoles, 5 de agosto de 2009

Shira y la caja mágica


Shira no es precisamente un hada, aunque su nombre y su enorme nobleza nos confundan en ese aspecto.

La caja mágica tampoco es un artefacto diseñado por duendes o magos extraordinarios, pero la bella y peluda Shira, desde que apareció por nuestro hogar, cree firmemente que ese espacio metálico de color blanco contiene cosas maravillosas en su interior. Por lo menos es lo que su afinado olfato le indica.

Por eso, siempre está pendiente de cualquiera de nosotros que se acerque a esa especie de arcón refrigerado, esperando ansiosamente que, tras abrir la misteriosa puerta de una manera para ella imposible, reciba alguno de los portentos ahí guardados, cosa de verdad muy poco probable.

La caja mágica que obsesiona a Shira es un frigorífico de tamaño estándar, lleno de lácteos, cárnicos y algunas verduras con los que nuestra familia se alimenta a diario.

Shira es una hermosa y enorme perra de raza pastor alemán, que llegó recientemente a nuestra casa para hacernos felices, y suponemos que un día entenderá que su dieta es a base de croquetas de supermercado.

Mientras tanto, su enorme y esponjado rabo se mueve apasionadamente cada vez que uno de nosotros entra a la cocina.

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