miércoles, 20 de mayo de 2009
Maravilla tecnológica
El grupo de planeación de aquella poderosa empresa multinacional lo concibió con mucho cariño. Sabían de su potencial económico y de los problemas que resolvería, así que contrataron al mejor personal técnico del planeta para el desarrollo del proyecto.
Fue diseñado con línea aerodinámica perfecta. Los ingenieros encargados de su perfil tridimensional eran expertos en la materia e hicieron un excelente trabajo: penetraría su objetivo de manera excepcional, con el mínimo de resistencia. Las pruebas en los túneles de aire confirmaron lo anterior.
Los fármaco-biólogos asignados al proyecto formularon perfectamente sus contenidos. Todos y cada uno de sus ingredientes tenían una poderosa razón de ser: nada faltaba ni sobraba en aquella mezcla imponente. Disolvería, sin lugar a dudas, lo que se le atravesase.
Su superficie, para acabar de facilitar las cosas, estaba perfectamente lubricada, lo que reduciría al mínimo la fricción, por muy ásperas que fuesen las paredes del ducto objetivo. Decenas de lubricantes fueron probados previamente.
La publicidad previa a su lanzamiento fue desarrollada por una empresa multinacional de primer nivel, lo que garantizaba su éxito comercial.
Su inminente presencia en el mercado fue anunciada globalmente, aprovechando las facilidades tecnológicas de difusión del momento.
Así, gracias a Dios y a la ciencia, el nuevo supositorio para combatir el estreñimiento crónico, apareció aquel día en nuestras vidas.
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