domingo, 5 de abril de 2009

La Pasión, según los vacacionistas


Para Juan Antonio, conductor de la ambulancia de la Cruz Roja, la Semana Santa era un verdadero fastidio, pues las carreteras se llenaban de accidentes, mientras que Luis Javier, su ayudante, la disfrutaba mucho, porque le fascinaba ver sangre brotar de las heridas de la gente accidentada, que era mucha.

Antonieta se angustiaba mucho el Miércoles Santo, sabiendo que Judas vendía al Señor por unas pocas monedas.

Para María Luisa, las vacaciones eran la oportunidad de alejarse de casa y de liberarse fumando marihuana y buscando sexo circunstancial en los antros, mientras que para su novio Enrique resultaba una excelente ocasión para ponerse al corriente en sus atrasados estudios.

El Jueves Santo, Antonieta sufría indignada la traición y el cinismo de Judas durante la Última Cena.

Para Pedro, el Señor Obispo, la Semana Santa era la oportunidad de concentrar en su sede muchísimo dinero proveniente de las limosnas de los fieles…para comprar el Masseratti de sus sueños, mientras que para el mendigo de la ciudad las cosas se agravaban, pues todo el mundo salía hacia las playas.

Antonieta lloraba desconsoladamente el Viernes Santo, imaginando la ruta de Jesús al Calvario y su posterior crucifixión y muerte.

Para Sebastián, el comerciante de la ciudad, las vacaciones eran desastrosas, pues las ventas disminuían muchísimo; pero en cambio, para Federico, el hotelero del malecón del puerto, el trabajo crecía muy satisfactoriamente.

El Sábado Santo, Antonieta sollozaba triste por lo que Jesús de Nazareth había sufrido, pero como buena cristiana tenía fe en que algo maravilloso estaba por suceder.

Para José Manuel, el especulador financiero, la Semana Santa equivalía a estar tres días hábiles sin lograr las acostumbradas utilidades en la bolsa de valores, mientras que para Andrés, quien alquilaba autos descapotables a los turistas del puerto, era días espléndidos.

El Domingo de Gloria, renacían la esperanza y la alegría de Antonieta, sabiendo que el Cristo finalmente había resucitado, mientras que los vacacionistas se preocupaban por el enorme tráfico que implicaba el regresar a casa.

No hay comentarios: