domingo, 2 de junio de 2019
Palabras desertoras
Muchas palabras de nuestra lengua se sienten orgullosas de pertenecer al Diccionario. Otras se mueren de las ganas de ser aceptadas.
Pero algunas palabras ya dieron de sí, y son usadas de manera muy diferente a las que ellas desearían. Si hoy se abriesen las rejas del Diccionario de la Lengua, nos llenaríamos de sorpresas. Hablaremos de algunas de ellas.
USTED ya está aburrida de tanto trato formal, pues lamentablemente sabe que pone una distancia enorme entre las posibles amistades. Si bien recuerda que fue muy útil en la época de los privilegios -cuando era necesario indicar clases sociales y jerarquías-, hoy, en un mundo más igualitario, prefiere ser olvidada.
CASI está harta de no ser nunca algo completo. Está frustrada, y envidia a TODO, a ENTERO y a ÍNTEGRO, quienes se ríen de ella constantemente por su incompetencia.
PERO hace solidaridad con CASI y la comprende, pues siempre se le emplea para denigrar situaciones: lo que debió haber sido y no fue.
CÓMO está a punto de reventar de tanto dar explicaciones. Siempre la ponen delante de las disculpas y de lo que no salió bien. Está deprimida.
DEMASIADO ya no soporta que siempre le digan que se excede.
ADIOS quisiera convertirse en HOLA. Sabe que siempre es acompañada de caras tristes, incluso de lágrimas; que deja muchas relaciones inconclusas y a seres humanos desconcertados.
Y finalmente está FIN, quien está muy molesta consiga misma, pues siempre le toca ser quien cierra la puerta de todas las historias y cuentos. Se siente injustamente el verdugo de las obras literarias.
Y así, mientras muchas otras palabras se visten de gala por ser parte del Diccionario de la Lengua, vemos que algunas quisieran jubilarse, e incluso refugiarse de una vez por todas en el hospital de vejez que se conoce como el Diccionario de Vocablos en Desuso.
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