miércoles, 6 de febrero de 2019

Concierto en la crisálida


Leonardo era un insoportable preadolescente como muchos otros, pero de alguna manera había sido criado con mucho amor y respeto a los animales.

Adoraba la música contemporánea, y, como la mayoría de los individuos de su especie, poseía un equipo MP3 con audífonos de alta resolución que solían distraerlo de ciertas ocupaciones relevantes a criterio de sus padres, entre ellas el estudio y las correspondientes tareas.

Una mañana, en el patio de su casa, justo cuando salía hacia la escuela, se dio cuenta de que una enorme oruga devoraba las hojas de una planta que su madre adoraba.


Eso, en principio, no era bueno, pero la belleza de aquella voraz larva de mil colores era única. Su obligación de buen hijo hubiese debido ser delatar al insolente bicho con su madre para que se le aplicase una dosis adecuada de algún potente insecticida.

Sin embargo, una mezcla cerebral de estética elemental y de rebeldía de puberto, le hizo convertirse en cómplice de la oruga.

Cuando regresó de la escuela, observó que las hojas de aquella selecta planta de jardín habían sufrido un enorme deterioro, pero el voraz bicho bien lo valía.

Unos días después, se dio cuenta de algo que había aprendido de mala gana en la escuela: la oruga estaba formando un capullo.

Leonardo fue a toda velocidad a revisar su libro de biología, y confirmó lo que supuso: el gusano multicolor estaba formando una crisálida que, en poco tiempo, lo convertiría en mariposa. La belleza de la oruga no podía generar menos que una criatura excepcional, fue su conclusión.

Para este especial preadolescente, aquello se convirtió en un gran evento, en algo de verdad especial.
Su cerebro concluyó religiosamente que algo tenía él que aportar para que aquella mariposa naciese de manera extraordinaria, como lo merecía.

Revisó sus recursos y opciones, y decidió brindar a la mutante criatura lo mejor de su repertorio de preadolescente: ¿qué podía ser mejor en este planeta que escuchar Dirty Bit de Black Eyed Peas en MP3?

 Así, puso sus audífonos a ambos lados de la crisálida para que la incipiente mariposa escuchase esa experiencia musical durante todo su proceso de formación.

Unos días después, la crisálida se fracturó, y de ella emergió la más bella criatura que la naturaleza pudo haber concebido.

Extendió sus enormes alas, segura de que ella era algo de verdad especial. Emprendió el vuelo sabiendo que jamás ningún insecto alado en la historia había escuchado tan magnífico concierto en MP3.


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