jueves, 12 de marzo de 2009
Su peor enemiga
Era un engendro espeluznante, capaz de arruinar totalmente cualquier texto, por bueno que éste fuese.
Era una aberración empeñada en desprestigiar a aquel excelente autor quien, lamentablemente, un mal día le abrió la puerta gramatical para convertirla en su eterna pesadilla.
Era un desliz insolente, dedicado y necio, que aparecía en el momento más inesperado y en el párrafo en donde más daño hacía al connotado escritor.
Era una navaja afilada en el zapato literario, dedicada de tiempo completo a fastidiar la belleza de sus cuentos.
Era el desprestigio total y la ruina absoluta de cualquier cosa que él escribiese.
Era una criatura perversa y vengativa proveniente del más allá gramatical, dispuesta a cualquier cosa, con tal de destruir cualquier belleza presente en sus historias.
Era una falta de hortografía increíble, inédita, inaudita e inusitada.
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