martes, 31 de marzo de 2009

Melancolía


Aquella, que pudo haber sido la más bella puesta de sol en la historia del planeta, dejó de serlo, porque su estado de ánimo le hacía ver todo negativo desde hacía cierto tiempo. Para ello había poderosas razones. Nadie podía cuestionarlo.

Ese atardecer el sol se puso en aquel bellísimo horizonte, muy orgulloso de sus resplandores mágicos y de sus colores fascinantes, pero triste, muy triste, porque aquel sencillo hombre a quien tanto apreciaba por su enorme sabiduría, no estaba de ninguna manera en condiciones de apreciarlo.

La noche llegó sin mayor alegría, devorando toda la magnificencia y belleza de un ocaso malogrado por las circunstancias de una vida.

2 comentarios:

Joice Worm dijo...

Que fuerte y precioso es este pequenito cuento, amigo mio...
No existe ningun día en que venga leerte que no salga de aqui con un brillo en mis ojos...
Te quiero mucho, R.G.

Legendario dijo...

Hola, amiga:

Siempre eres bienvenida.