lunes, 9 de marzo de 2009
La gata a lo suyo
El Ministro del Interior invitó al de Relaciones Exteriores, al de Economía y Finanzas Públicas, y al de Seguridad Nacional a una reunión fuera de registro, para tratar entre ellos temas delicados relacionados con algunos problemas potenciales de los que el Presidente le había notificado como prioritarios.
Como eran temas fuera de la agenda oficial, la importante reunión se llevó a cabo en su casa de fin de semana, a media hora de la capital, y, aprovechando el clima primaveral, decidieron hacerla en el jardín lleno de frondosos árboles y bellas flores.
Como sea, la relevancia de los temas calentaron el ambiente, y hubo palabras duras cruzadas entre algunos de los asistentes. Por momentos parecía que el gabinete presidencial se resquebrajaba, a pesar de los esfuerzos del Ministro del Interior por enfriar los ánimos. Era un hecho que la nación corría riesgos mayores ante la crisis financiera mundial, y ninguno de los asistentes estaba dispuesto a asumir errores u omisiones cometidos con anterioridad.
No muy lejos de ahí, a unos diez metros, una gata blanca y marrón estaba tensa y concentrada en temas igual o más relevantes que lo que se discutía en la mesa cercana llena de potentados: un ratón de jardín distraído se comía a un abejorro, mientras que ella tenía a sus hambrientos gatitos esperando por un pedazo de carne…
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2 comentarios:
La vida es muy interesante, al paso que no muy lejos hay siempre alguien más necesitado... Pienso que siempre daremos la valoración para lo que no tieno verdadero valor... Vaya hombres del futuro. Pobrecitos gatitos...
Así es la vida, Joice: un placer leerte de nuevo en este lugar.
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