jueves, 29 de enero de 2009

La voz de su conciencia


Por alguna causa que él jamás percibió, la voz de su conciencia resultó ofendida. Y como ella era muy rencorosa, nunca se lo perdonó.

Por lo tanto, ella se dedicó a perjudicarlo día a día con malos consejos: resultaba conservadora cuando él debía ser audaz, y echada para adelante cuando la prudencia era lo aconsejable.

Después de una enorme racha de buenas ocasiones perdidas y de inducirlo a hacer el ridículo muchas veces, la relación entre ambos se tensó al extremo de que la voz de su conciencia decidió vengarse emigrando al lugar menos conveniente para él: al cerebro de su suegra.

Así, él se quedó para siempre sin reflexiones, mientras que la madre de su esposa recibía a diario todo tipo de estímulos para fastidiarlo.

2 comentarios:

Joice Worm dijo...

otra vez la pobre de la suegra, vaya!
Está estupendo. Como siempre...

Legendario dijo...

Un fuerte abrazo, amiga.