
Abusando gramaticalmente de tautologías y pleonasmos, aquel bellísimo Mercedes Benz descapotable, decepcionado por la indiferencia hacia él de su propietario, decidió arrojarse a un profunda barranca. El autosuicidio quedó consumado.
Una pequeña dosis de mí…así…pequeñita…para evitar que me intoxique con todas mis estupideces.
1 comentario:
pobre coche...
Publicar un comentario