jueves, 30 de octubre de 2008

Ermitaño


Guardaba bajo llave todos sus sentimientos y afectos en un complicado recoveco en el fondo de un agujero, en la hendidura más profunda de una oscura e inaccesible caverna de su alma, todo para evitar ser herido nuevamente.

1 comentario:

Joice Worm dijo...

A eso, llamo yo un momento de depresión. Es contestável, tiene solución, pero es necesario que el hombre estea por un día en su caverna. Nada le puede atormentar hasta que estea preparado para salir. xiii... silencio.