miércoles, 24 de septiembre de 2008

La inmaculada mancha

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En una conservadora sociedad de manchas que odiaba a la humanidad y al medio ambiente, existió una vez una mancha que no deseaba el mal a nadie, por lo que era severamente cuestionada en su honor, lo que resultaba una verdadera mancha en su reputación.

Ella no quería arruinar vestidos ni alfombras ni mares con manchas de petróleo o cosas semejantes.

Ante la presión de su sociedad por ensuciar algo, lo que fuese, tomó una decisión muy importante: se convirtió en una de tantas manchas negras de un perro dálmata amigable.

Así ella, el perro y la sociedad de manchas, quedaron eternamente satisfechos.

4 comentarios:

Joice Worm dijo...

Nada como encontrar su lugar!

Legendario dijo...

Saludos, lectora. Amenizas este desierto.

Gilbamar dijo...

El lugar adecuado para cada uno de ellos en la vida determina el grado de felicidad obtenidos.

Abrazos desde Brasil!

Legendario dijo...

Saludos, gilbamar.