
Con todo mi amor, para mi nieto Leonardo.
¿Qué sería la vida si mi nieto no me hubiese pedido dormir con él a la intemperie sobre la cama elástica en nuestro jardín?
¿Qué sería la vida si le hubiese dicho que no, que a mi edad hay cosas que no debería yo hacer?
¿Qué sería la vida si Make, la mascota pastor alemán de mi nieto, no nos hubiese exigido a su manera pasar la noche con nosotros sobre la cama elástica?
¿Qué sería la vida si yo, el abuelo, no hubiese cargado a la perra para subirla a la cama elástica para que pasase la noche conmigo y con mi nieto?
¿Qué sería la vida si esa noche no hubiésemos dormido abuelo, nieto y mascota abrazados observando las estrellas debidamente cobijados?
¿Qué sería la vida si no hubiésemos esa noche refrendado los tres nuestros vínculos afectivos como lo hicimos?
No: la vida no sería igual si los tres nos hubiésemos comportado de otra manera.
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