martes, 16 de junio de 2009

El cibertriángulo


Ella se casó enamorada, como lo hacen la mayoría de las parejas jóvenes. Por su cerebro jamás pasó la palabra infidelidad, sino todo lo contrario: era una entusiasta de la pareja, de la eterna felicidad conyugal.

Pasó varios años encantada, apostando por su compañero, hasta que un día, sin esperarlo, apareció el otro: una amiga cercana, no consciente del daño que iba a causar, fue la responsable.

Así, Francisca fue invitada por su amiga a conocer la Internet, y en particular le sugirió, para que desarrollara sus capacidades intelectuales y artísticas, disponer de uno de esos postmodernos y fascinantes entes que conocemos como blogs, extensiones cibernéticas de nuestras almas y sentimientos, lugares íntimos y públicos al mismo tiempo, en donde mostramos al universo quiénes somos, como pensamos y cómo sentimos.

Aunque Francisca era tímida para externar sus opiniones, sentimientos y afectos, aquel nuevo e inesperado lugar personal en la web la sedujo, mucho más de lo que hubiera podido hacerlo un nuevo compañero.

Ella, sin darse cuenta, empezó a dedicarle más horas a la intimidad de su blog que a su marido y a sus hijos. No se daba cuenta de que aquello se convertía poco a poco en una dependencia, en un vicio, algo que ejercía en ella una atracción extraordinaria.

En su ingenua ignorancia, y partiendo de la base subjetiva de que lo publicado en su blog eran temas bellos, cultos y afectivos, se sentía muy orgullosa de su nuevo amante.

Llegó el día, sin embargo, en que su marido le hizo –con toda razón- algunos leves reclamos acerca del abandono de ciertas actividades del hogar y la familia. Ella lo interpretó como celos injustificados, así que lo invitó a conocer la íntima belleza de su blog. Eso debía ser suficiente para que la comprendiera…Le dio la dirección web de su sitio en la Internet:

www.confesionesintimasdefrancisca.blogspot.com

esperando que el preocupado esposo lo leyese y la admirase por tanta belleza ahí contenida.

El marido era un hombre muy ocupado, y de alguna manera ignoró la invitación de Francisca, quien, tras de insistir varias veces, empezó a sentirse frustrada, traicionada, abandonada.

Durante varios meses ella esperó en vano una visita conyugal a su blog, pero no: él seguía inmerso en sus obligaciones cotidianas.

Las cosas se fueron tensando, al extremo de que la frustrada Francisca empezó a suponer que su marido había dejado de quererla, que la ignoraba y menospreciaba.

Fue entonces que ella concluyó que en su vida no cabían dos amores. Uno de ellos sobraba, y decidió que éste era su marido: su blog no le daba más que enormes satisfacciones cada día.

Y así fue que, una ociosa tarde de verano, Francisca decidió poner cianuro en la sopa de su marido, pensando que con su muerte, ella podría disfrutar más tiempo de su querido y maravilloso blog el resto de su vida.

Después de la cena, mientras el cianuro surtía su efecto, ella pidió a su esposo de una manera caramelosa y seductora que leyese en ese momento tan sólo la última publicación en su blog, mientras ella salía un momento a la calle a ver a la vecina.

Él lo hizo, y lo que leyó lo impactó:


MARIDITO:

TENGO QUE CONFESARTE QUE TE ENGAÑO DESDE HACE VARIOS AÑOS CON MI BLOG.

YO SOY UNA MUJER FIEL, INCAPAZ DE TENER DOS AMORES. UNO DE LOS DOS SOBRA EN MI VIDA, Y ÉSE…ERES TÚ.

EN CUESTIÓN DE UN PAR DE MINUTOS YA NO EXISTIRÁS. TUVISTE TU OPORTUNIDAD, PERO UN BLOG ES UN BLOG. TÚ NO COMPITES.

BESITOS, CARIÑO.


Un instante después, el marido de Francisca caía fulminado al piso.

El forense nunca pudo determinar si la muerte de éste había sido por envenenamiento debido a las leves trazas de cianuro halladas en la sangre del difunto, o por un infarto del miocardio, producto de un enorme disgusto, hipótesis que sugirió como la más probable.

Ante la anterior incertidumbre, el juez absolvió a Francisca del cargo de homicidio doloso.

El fiscal nunca supo cómo presentar un caso de asesinato pasional en contra de un blog involucrado en un extraño triángulo amoroso.

Francisca vivió un enorme romance durante muchos años con su amor cibernético.

2 comentarios:

Froiliuba dijo...

Mío, mío !!!!
me encanta, me he reido muchísimo al leerlo y me encanta.
Mi marido se partia de risa cuando se lo leí, creo que hasta le hizo ilusión y todo que lo maten en un cuento.

Mil gracias , me siento tan feliz...

Joice Worm dijo...

Que idea tan real, R.
Puede tener certeza de que ese cuento es de los más verdaderos en la actualidad.
Aquí en nuestra casa no lo pasa porque cada uno tiene un amor cibernético y de esa forma no hay pelea ni celos. jaja...
Viva el siglo XXI, con su manera de unir la gente!!
Besos para ti, mi querido...