
Nadie supo a ciencia cierta las razones por las que esta banana odiaba a los humanos, pero se decía que su alma había sido dañada por los productos químicos empleados como insecticidas en la plantación.
El hecho es que pasó desapercibida en todas las inspecciones de calidad y finalmente llegó al frutero de la mesa.
Se veía normal, e incluso su piel amarilla mostraba ligeras manchas negras que indicaban madurez y excelente sabor.
Cuando fue pelada y tragada, decidió quedarse en la garganta de quien la comía. Obstruyó inteligentemente la tráquea y el esófago, y se las arregló para contener los gritos de auxilio de su víctima hasta que ésta falleció.
Nadie le creyó al fiscal que la causa de muerte de aquella mujer había sido homicidio doloso con agravantes, cometido por una banana desquiciada.
2 comentarios:
Ai la pobre. Se olvidó de comer despacito... Y la banana se ha vingado. Tan mala...
Aunque sea la historia una advertencia, a mi me encanta la banana o plátano en algunas regiones.
Besos a ti, amigo.
Te quiero mucho.
Gracias, amiga. Ya sabes que siempre eres bienvenida.
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