
Por más que aquella vanidosa banana hacía ejercicio a diario, no lograba reducir su medida de cintura. A pesar de todo lo que se esforzaba, su cuerpo seguía pareciendo el de un plátano.
Una pequeña dosis de mí…así…pequeñita…para evitar que me intoxique con todas mis estupideces.
1 comentario:
Haha... Tu es terrível!
Publicar un comentario