miércoles, 3 de septiembre de 2008

Dicen por ahí...

Dicen por ahí…que Ambrosio, con su carabina al hombro, recorría el camino andado, mientras la lluvia caía sobre mojado. A lo lejos divisó el árbol caído del que todos hacían leña, y observó cómo un viejo con canas verdes (quien además tenía viruelas), aprovechaba la madera para hacer un cuchillo de palo para regalarle al herrero, mientras otro elaboraba un mango para tener la sartén mejor sujetada.

Vio el reloj marcar la hora de la verdad, y sacó de su mochila la manzana de la discordia, comiéndola sin considerar las últimas consecuencias, cuando pasaba frente a la casa del ahorcado, viendo que en su jardín una cuerda pendía del árbol genealógico, mientras a lo lejos un buey mostraba orgulloso su cuerno de la abundancia, cerca de donde se llevaba a cabo la carrera de los precios y los salarios, pero eso ya era harina de otro costal.

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