martes, 12 de agosto de 2008

Amor maternal


Ella esperaba ilusionada la eclosión de sus huevos. Era su primera ventregada, y todo parecía estar bien.

Desde que supo que había sido fertilizada, guardó para sus pequeños algo que con mucho amor había preservado de otros voraces peces en aquel prolífero río tropical: una mano bien conservada del más reciente hombrealagua del Amazonas.

Mami Piraña estaba, de verdad, entusiasmada.

No hay comentarios: